... a galletas de porcelana


He dejado para el final esta entrada, porque para mí, estas son las más llamativas. Evidentemente al ponerlas en tamaño grande, se pueden apreciar muchos defectos, pero ahora contaré, por qué no son todo lo perfectas que deberían.

Cuando ví este cortador, no sabía muy bien como iba a decorarlas. No disponía de mucho tiempo para complicarme la vida y al pensar en la taza y ver por casa unos platos de porcelana azules, se me ocurrió la idea. ¿Por qué no decorar las tacitas como si fueran de porcelana?.

El caso es que hace tiempo hice un curso en la Escuela de Arte y Antigüedades de Madrid, sobre pintura y reciclaje de muebles y objetos decorativos. Aprendimos diversas técnicas de pintura, entre ellas el estarcido. Es una técnica muy agradecida, que no requiere una gran destreza y cuyos resultados son muy aparentes. Así que, si quedaba tan bonito en una pared o sobre un mueble de madera, ¿por qué no iba a quedar igualmente bien sobre una galleta?



La idea de estarcir una galleta, ya me rondaba la cabeza, por lo que hará cosa de un mes o así adquirí unas plantillas, con el objeto de decorar unas galletas con forma de corazón.

Aunque la plantilla no es ni del tamaño ni de la forma de la taza, conseguí ajustarla de manera que más o menos cubriese la galleta.

Junto con el cortador de taza, adquirí el de la tetera, por lo que probé en ambas el efecto "porcelana".



Por supuesto, como no, me encontré con algunas dificultades, esas que les ocurren a los novatos que pretenden hacer mucho con pocos medios.

Voy a contar los errores cometidos, para que puedan salir absolutamente perfectas.

Como se puede ver en las fotos, sobre la base de galleta, va una capa de fondant, que como ya he dicho anteriormente, es muy fácil de manejar. Solo hay que cortarlo con el mismo cortador y pegarlo sobre la galleta.

Ahora vienen los errores que se pueden cometer:
  1. El fondant debe estar totalmente seco, antes de utilizar la plantilla. Yo como tenía prisa, no esperé lo suficiente.
  2. El pincel empleado. Como no había planificado nada, ni ensayado con anterioridad, utilicé un pincelito de estarcir nuevo que tenía del curso que he mencionado antes. Estos pinceles tienen unas cerdas muy duras. Son redondos, tupidos y están cortados totalmente rectos por la base. La técnica consiste en mojarlo en la pintura, escurrirlo muy bien sobre un papel de cocina y dar pequeños golpecitos sobre los huecos que deja la plantilla, hasta rellenarlos de color. Este endiablado pincelito, me dio mucha lata, pues por una parte el fondant no estaba lo suficientemente seco y por otra, las cerdas del pincel eran durísimas, por lo que a la mínima, estropeaban el fondant. Así que para la próxima, intentaré dejar secar el fondant lo suficiente y buscaré un pincel con el pelo más suave.
  3. Al ser la plantilla más grande que la galleta, es más difícil sujetarla bien y el colorante se cuela por donde no debe, en cuanto te descuidas.
El colorante que utilicé es el que viene en gel, que es totalmente espeso. Esto también puede ser un inconveniente, pues tiende a secarse con facilidad y si está demasiado seco, deja muchos pegotes. Además de usar colorante, puede utilizarse una glasa coloreada de consistencia cremosa, pero a mí me pareció más difícil para empezar. 

Y bueno, la verdad, es que solventando esto, la técnica es bastante fácil y el resultado, espectacular.



En cuanto a la receta para hacer las galletas, yo he utilizado la siguiente:

Galletas de Porcelana

Ingredientes:

450 gr. de harina tamizada
1/2 cucharadita de sal
225 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
220 gr. de azúcar glas tamizada
1 huevo grande
2 cucharaditas de extracto puro de vainilla u otro extracto o aroma

Elaboración:

Tamizamos la harina y la ponemos en un bol junto con la sal y reservamos.

En un robot de cocina, por ej. thermomix ponemos la mantequilla en el vaso y programamos 1' a vel. 3'5; a continuación colocamos la mariposa y añadimos el azúcar glas y programamos 5', vel. 3'5.

Sin pararla añadimos el huevo y la vainilla por el bocal y seguimos batiendo hasta que queden incorporados los ingredientes y se vea una textura suave.

Paramos la máquina, quitamos la mariposa y vamos añadiendo la harina junto con la sal en varias veces, en vel. 3'5 unos segundos, hasta conseguir que nos quede una masa firme. (Si fuese necesario, añadir más harina pero siempre en cantidades pequeñas, por ej. una cucharadita, pues si nos excedemos nos quedará la masa seca y se resquebrajará al manipularla). 

Dividimos la masa en dos o cuatro porciones, las envolvemos en film transparente y la dejamos en el frigorífico, un mínimo de 1 hora. El éxito de la masa es que esté siempre lo suficientemente fría al manipularla. Es preferible que cueste amasarla. Podemos guardarla durante 2 días refrigerada o si lo deseamos congelarla. (*)

Esta vez, he hecho una pequeña variación y es que he estirado la masa antes de refrigerarla y he guardado las planchas en la nevera 3 horas mínimo. De esta forma se cortan estupendamente. Para amasarla podemos utilizar un rodillo con unas gomas adaptadas al grosor que vayamos a darle. Se aconseja una medida de unos 0,5 cm, ni demasiado fina ni demasiado gruesa. Yo he puesto la masa entre dos hojas de papel encerado o papel de hornear. También se puede poner una hoja de papel de hornear, dos listones del grosor deseado a cada lado (el espacio dependerá del ancho del rodillo, pues los extremos del mismo deben apoyarse sobre los listones), y otra hora de papel encerado encima de la masa. De esta forma no se pegará al rodillo, evitaremos añadirle más harina de la necesaria y podremos reutilizar los restos de masa que nos queden al hacer los cortes.

Una vez cortadas y antes de hornearlas las introduzco en el congelador durante 10 minutos. Esto es importante. Cuanto más frías estén mejor. Así evitaremos que se deformen con el calor del horno, al fundirse demasiado rápido la mantequilla que contienen.

Introducir en el horno precalentado a 170 aprox. durante unos 12 o 15 minutos. Depende del tamaño de las galletas y del horno en cuestión. Mejor vigilar a partir de los 10 minutos.


Puede parecer poco tiempo y en apariencia crudas, pero en cuanto veamos que los bordes empiezan a dorarse, las galletas están listas. Sacar del horno y dejar unos 2 minutos en la bandeja de hornear y a continuación pasar a una rejilla para terminar de enfriarlas. Cuando se enfrían, terminan de endurecerse y adquieren su punto perfecto. Una vez listas podemos guardarlas en una lata y reservarlas hasta el momento de adornarlas con el fondant.

... a cupcake cookies



En esta segunda entrada de la serie, he utilizado la mísma técnica que en las ice cream cone cookies, pero variando el cortador y el tipo de fondant.

El cortador de cupcake me encanta. Este es bastante grande, por lo que no te podrás comer muchas galletas de una vez, aunque quien las ha probado, quería repetir.


La diferencia básica con las anteriores de helado, como se puede ver en la foto, es la boquilla empleada. En esta ocasión he utilizado una boquilla redonda lisa pequeña, para dar ese efecto de relieve. 

En este caso me decidí por glasa blanca, sin colorear, pues me pareció que contrastaba muy bien con el marrón del fondant.


El fondant utilizado es el "Fondant Regalice Chocolate". Mientras lo manipulas y después, desprende un aroma a chocolate, que es difícil resistirse a pegarle un bocado. El color no tuve que variarlo, es exactamente el que viene en el paquete.


En la tercera entrada, pondré la receta que he empleado para hacer las galletas. Es la misma en las tres ocasiones, aunque en la última tanda, probé otra variando la cantidad de harina. No tengo muy claro todavía cuál me gusta más. Aunque creo que es más fino el sabor cuando lleva menos cantidad. De todos modos, la diferencia es muy sutil.


Bueno, pues este es el resultado. Tengo que decir, que no solo resultan agradables a la vista, sino también al paladar.

He dejado para el final, las que para mí han quedado más espectaculares, aunque con muchos fallitos, todavía. Las explicaré con receta incluida en la siguiente entrada.

... a ice cream cone cookies


Esta va a ser la primera entrada de una serie de tres, todas de galletas decoradas que me han encargado y que me han tenido trabajando sin tregua, todo el fin de semana.

Desde que descubrí este tipo de galletas, reconozco que me apasionan y tengo avidez por aprender todo lo que se pueda en cuanto a técnicas se refiere.

Como iréis viendo por las distintas fotos que voy a ir poniendo, no son perfectas ni mucho menos, pues son, después de las navideñas y las de San Valentín, las siguientes que hago. Me queda mucho por aprender, pero también es cierto que cuantas más haces, mejor te salen.


Cuando vi el cortador me gustó y me puse a pensar si decorarlas sólo con glasa o sólo con fondant y al final me decidí por mezclar las dos cosas. El fondant, porque es mucho más rápido y fácil de manejar, pero para el helado, pensé que quedaría más bonito si no lo hacía plano.

Todavía no tengo mucho avituallamiento galletil, por lo que he tenido que apañarme con lo que contaba. Si por mi fuera, me lo compraría todo. Pero me conozco y sé que no utilizaría ni la mitad.

Tengo que reconocer, que el tema de la glasa, todavía no lo controlo bien, además que supone un despliegue de "medios" increíble, sobre todo si trabajas con las dos texturas y más de un color. Tampoco controlo las cantidades, por lo que nunca sé si me quedo corta o me paso y más bien me ocurre lo primero.


Por suerte, hacía unos días había comprado un conjunto de boquillas de plástico, que no tenía muy claro si me iban a servir para algo y mira por dónde me vinieron al pelo. Eran de 2 tipos estrellada y redonda lisa y cada una viene en tres o cuatro tamaños. No soy muy partidaria de las boquillas de plástico, pero como no sabía para qué iba a utilizarlas, preferí probar con estas pues eran francamente baratas.

El barquillo está hecho con fondant. El color lo conseguí a base de mezclar varios, pues tampoco tenía ese tono.


En cuanto a la glasa, de momento uso la que viene preparada y sólo tienes que añadir agua, hasta conseguir la consistencia adecuada. En este caso, tuve que hacer varias pruebas, pues si no la dejas muy "tiesa", la forma no se mantiene.

Conseguir el color es muy fácil, solo hay que añadir un poco de colorante en gel, hasta que consigas el tono deseado. Finalmente y antes de que se seque la glasa, lo adorné con unos sprinkles de colores.


Y el resultado, es el que se ve en la foto. Espero que os gusten.

... a magdalenas de cebolleta y queso de cabra


El aroma de una magdalena recién horneada, es una tentación difícil de resistir y es frecuente que cuando hablamos de magdalenas, pensemos únicamente en las deliciosas magdalenas dulces. Sin embargo, existen multitud de combinaciones con ingredientes "salados", que también harán las delicias de toda la familia. Yo he probado varias de ellas y cada una tiene su punto. Todo depende de que nos guste más un ingrediente que otro.

La masa base para las magdalenas, se prepara con harina común, levadura en polvo, sal, azúcar (en caso de que sean dulces), huevos, leche o un producto lácteo, aceite o mantequilla y extracto de vainilla (para las dulces, igualmente).

La harina junto con la levadura en polvo hace que las magdalenas suban en su justa medida. Si introducimos un ingrediente ácido, como el yogur, tendremos que añadir bicarbonato de sodio. Al mezclarse con el ingrediente ácido reaccionará liberando CO2, el cual ayuda a elevar la masa. Los compuestos ácidos que inducen esta reacción incluyen bitartrato de potasio (también conocido como cremor tártaro), jugo de limón, yogur, ácido acético (en el vinagre).

Una parte de la harina común se puede sustituir por otros tipos de harina y cereales, siempre y cuando no supere la mitad de la cantidad de harina total. La integral produce una textura más densa, mientras que el salvado, copos de avena, harina de avena y el germen de trigo aportan una textura más esponjosa y la polenta, un toque más granuloso.

En cuanto al azúcar podemos utilizar indistintamente el extrafino (blanco o moreno) y el azúcar moreno de caña (claro u oscuro).

Los huevos deben ser de tamaño medio y deben estar a temperatura ambiente, para evitar que la mezcla se corte. Esto es válido para todas las recetas de repostería.

En cuanto a los ingredientes líquidos podemos usar desde leche y suero de mantequilla (buttermilch), hasta yogur, nata agria, nata, leche de coco y zumos o purés de fruta.

El aceite y la mantequilla son intercambiables: la mantequilla aporta más sabor y una mejor textura y con el aceite conseguimos unas magdalenas más tiernas. Además el aceite tiene la ventaja de que siempre está a temperatura ambiente. En caso de utilizar aceite se recomienda un aceite de oliva suave o aceite de girasol. La receta base lleva 6 cucharadas de aceite o 85 g. de mantequilla, aunque también saldrá bien con 4 cucharadas de aceite y 55 g. de mantequilla o 8 de aceite y 115 g. de mantequilla. La diferencia está en el tiempo de conservación: a más grasa, más tiempo tiernas. Las bajas en grasa, se endurecerán antes.

En la próximas recetas, pondré las claves para unas magdalenas perfectas

MAGDALENAS DE CEBOLLETA Y QUESO DE CABRA (1 masa, 100 muffins)

Ingredientes: (para 12/16 magdalenas)

aceite o mantequilla para engrasar (opcional)
280 g. de harina blanca
1 cucharada de levadura en polvo
1/2 cucharadita de sal
pimienta negra (preferiblemente recién molida)
1 manojo de cebolletas o cebollas de verdeo (cebollino), cortadas pequeñas
150 gr. de queso de cabra cortado en dados pequeños (mejor si está duro y no demasiado curado)
2 huevos medianos (a temperatura ambiente)
250 ml. de suero de mantequilla (buttermilch)
6 cucharadas de aceite (oliva suave o girasol) u 85 g. de mantequilla a temperatura ambiente.



Elaboración:

Precalentar el horno a 200ºC. Engrasar un molde para 12 magdalenas o forrarlos con 12 moldes de papel rizado. 
"Mi experiencia": los moldes de papel en estas recetas hechas con aceite, a mí personalmente se me pegan mucho a la magdalena, por lo que yo prefiero huntar ligeramente el papel con un pincel mojado en un poquito de aceite o hacerlas directamente en el molde.

Tamizar la harina junto con la levadura, la sal y la pimienta al gusto (yo soy más bien generosa), en un cuenco grande. Después incorporar la cebolleta o cebollino y el queso de cabra, bien picaditos.

Batir ligeramente los huevos en otro cuenco y añadir el suero de mantequilla y el aceite.

Hacer un agujero en el centro del cuenco que contiene la harina y añadir los ingredientes líquidos batidos. Mezclarlos un poco, pero sin trabajarlos demasiado.

Repartir la mezcla entre los moldes, hasta 2/3 de su capacidad. Hornear las magdalenas durante unos 20 minutos o hasta que la masa suba y esté firme y dorada.

Dejarlas en el molde durante 5 minutos y servirlas templadas.



... a cake alemán


De nuevo una receta con chocolate, es que son tan ricas y dejan un olor tan delicioso, que no me puedo resistir. Además, gustan a todos, aunque dependiendo de la proporción de cacao, los hay que se inclinan más por el dulce y otros por el más amargo e intenso. En estos momentos, yo me inclino más por la segunda opción, aunque tengo que reconocer, que he pasado por todas las fases: blanco, con leche y negro. Lo que está claro, es que nunca me cansa.

También vuelvo a utilizar la receta del libro del "chocolate moderno", del que ya os he hablado aquí. El libro lo define como "tecnológicamente perfecto y seriamente chocolatero" y yo estoy totalmente de acuerdo.

El sabor, es francamente bueno, de hecho, fue hacerlo y desaparecer; además el olor con el que impregna la cocina, ummm ...

Ingredientes:

  • 100 g. de mantequilla (mejor a temperatura ambiente)
  • 175 g. de azúcar
  • 1 cucharadita de azúcar vainillado (yo utilicé extracto puro de vainilla)
  • 2 huevos
  • 100 + 75 g. de chocolate, preferiblemente negro (los utilizaremos de forma distinta). Cuanto mejor sea, mas rico será el sabor.
  • 100 a 150 ml. de leche (puse 125 ml.)
  • 75 g. de almendras molidas
  • 200 g. de harina
  • 10 g. de levadura



Elaboración:

PRECALENTAR el horno a 180º.

SEPARAR la yema de las claras. BATIR enérgicamente con unas varillas manuales o eléctricas la mantequilla, el azúcar, el azúcar vainillado o el extracto de vainilla y las dos yemas durante aproximadamente 10 minutos, hasta que la mezcla esté suave y homogénea.

FUNDIR los 100 g. de chocolate en un baño de vapor (o con cuidado en el microondas) junto con la leche, hasta que los ingredientes se integren perfectamente. TEMPLAR y añadir a la mezcla anterior.

TAMIZAR la harina y la levadura juntas sobre la masa y remover hasta que quede incorporada.

AÑADIR los 75 gr. de chocolate en trocitos pequeños y las almendras molidas. Mezclar todo bien.

MONTAR las dos claras a punto de nieve e incorporar de forma suave y envolvente a la mezcla anterior, usando para ello una espátula de goma grande. No sobretrabajar.

VERTER la mezcla en un molde alargado tipo cake, previamente engrasado.

HORNEAR la mezcla durante 45 minutos a 180º C, sin caer en la tentación de abrir el horno. Ir rectificando la temperatura, a medida que vaya pasando el tiempo.

DISFRUTADLO cuanto podáis en la medida de lo posible.




... a "Luscious Lemon Bars"




o lo que es lo mismo ... a deliciosas barritas de limón. Lo del título en inglés, es porque así se llama esta receta en su versión original.

Es tiempo de mimosas. Me encanta este árbol cuando está en flor y siempre que puedo, cuando paseo con mi perro, corto alguna ramita para poner en un jarrón. También, cómo no, me entusiasma el aroma que desprende ...

Tal vez fue su color amarillo, el que me llevó a realizar esta receta, cuyo ingrediente principal es el limón. Una base de galleta crujiente con un fuerte y picante relleno de limón. Deliciosas para tomar con una taza de té en un cálido día de primavera y en un jardín lleno de mimosas. Claro que como esto es bastante difícil, deliciosas para tomar cuando te apetezcan.


Aproximadamente salen unas 12 unidades. A mí me han quedado un poco más finas de lo debido, pues no tenía un molde cuadrado de 20 cm. y las he hecho en uno rectangular de 20 x 30. Aunque esto no parezca demasiado importante, considero que si el molde es más pequeño, las barritas quedarán mas gruesas y por tanto el sabor a limón será mucho más intenso.

Ingredientes para la base:

150 g // 5 oz // 1 1/4 cups, de harina 
90 g // 3 1/2 oz // 7 tbsp, de mantequilla fría y cortada en cuadraditos
50 g // 2 oz// 1/2 cup, de azúcar glas tamizada

Ingredientes para la cobertura:

2 huevos
175 g // 6 oz // scant 1 cup, de azúcar superfina (caster sugar)
1 limón grande, del que rallaremos la corteza muy fina y exprimiremos su zumo.
15 g // 1 tbsp plain, de harina
2,5 ml // 1/2 tsp, de bicarbonato
azúcar glas para espolvorear por encima

Preparación:

Precalentar el horno a 180 º. Cubrir la base de un molde cuadrado de 20 cm, con papel de hornear y engrasar ligeramente los bordes del molde.

Amasar la harina con la mantequilla y el azúcar glas (con un robot de cocina, si tenemos), hasta que los ingredientes queden bien integrados.

Extender la masa de manera uniforme sobre la base del molde, ayudándonos con un rodillo, las manos o la parte trasera de una cuchara. Hornear durante 12-15 minutos hasta que esté ligeramente dorado.

Para hacer el relleno, batir los huevos en un bol hasta que estén espumosos. Añadir el azúcar, poco a poco, batiendo bien entre cada adición. Incorporar la ralladura de limón, la harina y el zumo y batir hasta que quede bien incorporado. Verter sobre la base de galleta.

Hornear durante 20-25 minutos, hasta que esté firme y dorada. Dejar enfriar ligeramente. Cortar en 12 porciones y espolvorear con azúcar glas. Dejar que se enfríe completamente.

Vailima, Salón de Té




No me entusiasma el café. Lo pido descafeinado y de sobre, porque así me ponen más leche. Sin embargo, me encanta el té. Es lo primero que tomo por las mañanas en cuanto llego a la oficina y con lo que finalizo la comida, también me gusta una buena taza para merendar.

Mi afición al té comenzó en Fuenterrabía y se la debo a mi tía Balbina, la cual nos ofrecía unos deliciosos tés negros de la marca Lipton, que compraba en Francia, dada su proximidad a la frontera. Vienen en una bonita lata y uno de ellos está aromatizado con corteza de naranja y otro con bergamota. Por aquel entonces, aquí solo encontrábamos los de la marca Hornimans o Lipton, envasados en bolsitas individuales y que apenas teñían el agua. También allí aprendí a cortarlo con un chorrito de leche concentrada (leche evaporada Ideal), en vez de con la leche tradicional (eso sí, siempre que sea té negro). Evita que quede tan aguado y está mucho más rico. Sigo comprando este té siempre que tengo ocasión, aunque actualmente aquí ya se puedan encontrar toda clase de tés a granel, en tiendas especializadas.

Precisamente, porque me gusta el té, es por lo que quiero hablar de esta pequeña tetería "Vailima", que conozco desde hace un par de años. Pequeña por el tamaño, pero no por la gran cantidad de variedades de té (blanco, verde, negro, pu erh, ...) que disponen en su interior.

Tiene el encanto de una Maison de Thé Parisina y la ventaja de encontrarse en pleno barrio de Salamanca, concretamente en la calle General Pardiñas, 54.

El exterior ya llama la atención con sus plantas: bien sean unas macetas o un cesto de mimbre con hortensias azules y el atril con la carta de tés.

El interior no sorprende menos. En primer lugar nos encontramos con la tienda, en la que además de una amplia carta de tes a granel, nos llaman la atención los preciosos complementos como teteras, tazas, soportes de tartas, bandejas, cucharillas, azucarillos de preciosas formas, así como los conocidos productos para el hogar, diseñados a mano por la inglesa Susie Watson.


Atravesamos una cortina para pasar a un coqueto saloncito con piano incluido, donde degustar los tés y la apetecible repostería que nos ofrecen (cupcakes, macarons, berlinesas, brownies, croissants, mufins, pastas, scones, tartas, cookies, etc.)





También se pueden celebrar reuniones, presentaciones o eventos privados.



La historia de Vailima está ligada a la de la casa de té francesa THEODOR, una de las más recientes casas de té del mercado. Nació en París en 2002, de la mano de Guillaume Leleu, uno de los más jóvenes tea tasters del mundo y con la ambición de ofrecer un té de inigualable calidad que ya está presente en más de 35 países.

A mi particularmente y para tomar a cualquier hora, me atraen los aromáticos tes verdes como "Coincidence", "Les 3 Empires" (jazmín, azahar y dátiles), "Peché Mignon" (fruta de la pasión, melocotón, fresas silvestres, melón), etc...  El próximo a probar será "j'Aime" (fresa, frambuesa y macaron, ingrediente este último que me atrae especialmente). Puedes adquirirlos en sus bonitas latas de 100 gr. de vistosos colores o al peso, envasados en bolsitas preparadas para ello.



El té verde cada vez está más reconocido por sus beneficios para la salud. Contiene polifenoles, una clase de fitoquímicos que se han asociado con la prevención de las enfermedades cardiacas y el cáncer. Además los taninos y catequinas pueden proporcionar en una sola taza de té verde, mas actividad antioxidante que una ración de brócoli, espinacas, zanahorias o fresas. Los flavonoides -el color verde brillante- pueden proteger contra las infecciones y la teanina, nos proporciona un efecto calmante en el cerebro. Por todo esto, no es de extrañar que amemos la bondad de éste tipo de té.


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